Los videojuegos siempre se han visto tremendamente influenciados por las modas establecidas en su propio mundillo, y siendo realistas, la explotación de los mundos abiertos en el mundillo lleva años siendo una realidad.

Como ejemplos más recientes, podemos tomar las míticas e inolvidables lootboxes, o cajas de botín, que empezaron a aparecer poco a poco, y llegaron a estar en cada maldita producción de los últimos 4 o 5 años, aunque por suerte, su frecuencia ha ido disminuyendo mucho, hasta casi desaparecer.

Pero más allá de pequeñas mecánicas o funcionalidades, como es el caso de las lootboxes, algo que siempre ha marcado mucho la dirección hacía la que se dirige el medio, son los géneros o subgéneros de los propios juegos.

Años atrás, con la aparaición de Wolfenstein, Doom o el golpe sobre la mesa de Half Life, se estableció el FPS como un género exitoso, y desde entonces, todos hemos visto donde ha llegado… Hay infinidad de juegos de este tipo, obviamente, con sus marcadas diferencias, sus virtudes, sus defectos… Que no de la sensación de que los meto en el mismo saco, solo lo ejemplifico de este modo, para arrojar algo de luz sobre el tema, y ver, claramente, a donde quiero llegar… Y es que cuando algo triunfa en el mundo de los videojuegos, se suele explotar hasta la saciedad.

Y ya aquí, posicionados, vamos al lío. En los últimos años se ha podido apreciar una clara tendencia a crear juegos de mundo abierto, creo, de hecho, que nunca habíamos visto tantos en un período tan “corto” de tiempo, y eso nos lleva al siguiente problema.

La explotación de los mundos abiertos en los videojuegos, el mercado se ha masificado de juegos que, independientemente de su género dominante, suelen conceder al jugador un mundo abierto, en el que se ira desarrollando la obra.

Estos mundos abiertos, bien trabajados y con calidad, pueden ser experiencias apasionantes y emocionantes, que te llevan de un lado a otro, en busca de nuevas aventuras que te atrapan y no te sueltan, hasta que ellas mismas deciden darte un respiro, un mundo inmenso, se abre ante nuestros atentos ojos, en la pantalla, un mundo, en el que se nos presentan muchas posibilidades y que parece estar vivo.

Siempre me han gustado mucho los videojuegos que nos ponen sobre la mesa un propuesta así, en la que ser libre, y creo que, como amante de los mundos abiertos, y habiendo jugado bastantes juegos de este tipo, no me equivoco al decir que, en cierto modo, han perdido algo de esencia.

Obviamente hay excepciones, y muchas, sigue habiendo mundos abiertos que te roban el aliento, pero en los últimos años, da la impresión de que, muchos de los títulos que han visto la luz, nos han ofrecido un mundo abierto con el que complementar la obra, con un resultado poco convincente en algunos casos.

A donde quiero llegar, es que, muchos de esos juegos en cuestión, podrían haber sido, perfectamente, aventuras más lineales, que posiblemente no necesitaban ese mundo abierto, y que el hecho de que lo tengan, parece ser un método para hacer un producto más “completo” o llamativo, ofreciendo finalmente, un resultado que puede dejar que desear, un mundo rellenado con montones de misiones secundarias, en la mayoría de los casos, extremadamente repetitivas, que sin duda, abruman al jugador.

Y es que, uno de los puntos débiles que creo que presentan los videojuegos con mundos abiertos, y esta vez hablando de manera general, metiendo en el saco incluso alguna de las joyas de la corona, es esa sensación de repetición, a veces pecan de objetivos o misiones repetitivas, que pueden resultar interesantes para el jugador en los primeros compases, pero que finalmente pueden llegar a ser tediosas.

Y por el hecho de que algo sea repetitivo, no debemos suponer que implica algo negativo… Os pongo un ejemplo, la liberación de campamentos de Far Cry 3….. ERA LA PUTA POLLA, repetitivo si, pero muy entretenido, ya que dentro de ese bucle jugable que nos ofrecía el mundo abierto de Far Cry 3, teníamos total libertad para liberar la zona según nos apeteciera…

 El resultado final, un mundo que explorar, pero poco atractivo como para hacerlo.

Y puede que ni siquiera sea problema de los juegos en sí, si no de nosotros como jugadores, personalmente me encuentro en un momento en el que los videojuegos con mundos abiertos me abruman, y por conversaciones que he tenido con amigos, muchos estamos en un momento similar…

En el momento de escribir estas líneas, estoy jugando al Horizon Zero Dawn, y me esta gustando, pero joder, os juro que cuando terminé el prologo y se abrió el mundo ante mi, me agobie un montón…. Literalmente resople y apague la puta Play.

Días después me forcé a jugar porque sabía que me iba a gustar, y así ha sido, pero esa sensación que tuve fue muy extraña, en un segundo perdí todo el interés y las ganas de jugar…. Desde entonces intento ubicar la raíz del problema ¿Somos nosotros como jugadores? ¿Nos hemos vuelto incapaces de disfrutar de ciertos juegos? ¿Hemos perdido el interés a medida que hemos crecido?

Son muchas preguntas, y sinceramente, desde mi punto de vista, todas tienen algo de razón.

Otro problema que siento que ha ido apareciendo con esta sobreexplotación de los videojuegos con mundos abiertos, y más que con ella, con el ritmo al que salen nuevos juegos, es el tiempo que tardas en finalizar un juego de estas características, respecto a uno más lineal.

Lógicamente, los videojuegos de mundos abiertos, suelen requerir más tiempo que juego más lineales, porque nos presentan muchas más opciones y maneras de “perdernos”… exploración, secundarias, todos los trayectos de un punto A a un punto B, coleccionables hasta debajo de las piedras…

Y esto quizás es algo más personal, pero llevo un tiempo con la necesidad, de que algunos juegos no sean tan largos, salen más y más juegos, y como jugadores, no damos a basto para jugarlos, como consecuencia, se acumulan, y esto, finalmente, se traduce en que nos perdemos muchas de estas aventuras por falta de tiempo.

Ni siquiera recuerdo el último juego que jugué recién salido, siempre voy jugando obras de años atrás, y no hay nada de malo en ello, pero se pierde esa sensación de estar ahí en el momento, compartiendo la experiencia junto a todo el mundo. Y es una sensación muy agridulce porque si algo me encanta de los videojuegos, es precisamente eso, hablar, debatir y compartir experiencias y aventuras con otros jugadores.

Si os soy sincero, tengo juegos de mundo abierto por empezar, como Red Dead Redemption 2, a pesar de saber perfectamente el nivel de la obra, no llega el momento de empezarlo, porque se las horas que me va a pedir, y se, que no se las voy a poder dar como me gustaría…

A veces, necesitamos de juegos más cortos y llevaderos, necesitamos esos juegos, que puedes terminar en dos tardes de un fin de semana y que no por ello, son de menor calidad.

Muchos juegos, poco tiempo.

Al final, es inevitable que el medio no se vea afectado por sus propias tendencias, es algo que ha ocurrido siempre, y que seguirá ocurriendo.

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Ya sabéis que siempre me gusta leer y escuchar más opiniones así que no dudéis en compartirlas en los comentarios o por redes sociales…uh…uy se me ha caído un link a mis redes sociales que torpe… (linktr.ee/ataraxiaproject).

Y por último, os dejo un par de artículos que os pueden resultar interesantes y si os apetece, le echáis un vistazo: Realidad virtual, Half life Alyx y lo que esta por venir. y Las modas en los videojuegos.

Dicho esto, gracias por leer hasta aquí y hasta el siguiente articulo <3.