La octava generación de consolas lleva enchufada a nuestros televisores desde 2013, tras estos 7 años de servicio, ofreciendo montones de videojuegos, revisiones de los modelos originales, debates, rumores, alegrías y decepciones, toca abrir las puertas de nuestras casas a las consolas de nueva generación.

Los nuevos dispositivos de Sony y Microsoft son una realidad, (Nintendo, como ya sabemos, va a su rollo) y su lanzamiento se encuentra a la vuelta de la esquina, tras levantar grandísima expectación, y a pesar de los últimos meses, algo imprevistos a raíz de la pandemia global, incluso con un E3 cancelado, ambas empresas han sabido sobreponerse a la situación y salir adelante con el anuncio de sus nuevas propuestas.

En los meses anteriores a la llegada de una nueva generación siempre se viven situaciones muy similares, surgen miles de rumores, miles de filtraciones y al fin, noticias oficiales, confirmando características, servicios, juegos…

Algo que también se repite, aunque más a menudo, son los fanatismos, que, lejos de engañarnos, todos tenemos, aunque mejor o peor llevados.

Sentir cierta preferencia por una u otra marca es algo completamente normal, y más si es relacionado con los videojuegos, es habitual sentir más atracción hacia la marca que te ha acompañado, por ejemplo, durante tu infancia, momento que con más nostalgia y cariño solemos recordar, pero el fanatismo de algunos es extremo y les hace sentir que, un momento de celebración, como es la llegada de una nueva generación, es más bien, una guerra de vida o muerte, en la que aplastar o ser aplastado, una guerra sin sentido.

La octava generación de consolas lleva enchufada a nuestros televisores desde 2013

Y la verdad, durante estos meses que hemos estado recibiendo más detalles sobre las nuevas consolas, no he podido evitar sorprenderme con ciertas publicaciones que he ido encontrando por redes sociales, más allá de sorprenderme con dichos mensajes, me he asombrado observando la gente que los iba publicando, que en muchos de estos casos, han resultado ser adultos.

Pensaba que todas las batallitas sobre “la mía es mejor que la tuya”, ocurrían entre personas más jóvenes, y bueno, a esas personas aún se les puede perdonar por la posibilidad de ser menos críticas o abiertas de mente, pero me sorprende que alguien adulto continúe “sintiendo tanto los colores” y no haya desarrollado un punto de vista crítico o reflexivo en el que entienda que, cuando más igualado este todo, cuanta más competencia haya en la próxima generación, mejor va a resultar para nosotros, los consumidores.

Y si bien, el adulto en cuestión, no ha desarrollado un pensamiento crítico, al menos y como mínimo, que viva y deje vivir. No encuentro la necesidad de lloriquear por redes sociales, defendiendo a capa y espada, que tu bando, que tu elección, es la absolutamente correcta, ya sea echando mierda a la competencia, o pero aún, a sus usuarios.

En su momento, y siendo más pequeño, yo también formé parte de estas guerras, como todos habremos formado parte en algún momento de nuestras vidas, defendía mi Xbox 360 con uñas y dientes, pero era un chiquillo, y ni siquiera se hacía un asedio por redes como en la actualidad, nos limitábamos a discutir con amigos o compañeros de clase, obviamente las redes tampoco eran lo que son ahora… Pero con el tiempo creces, maduras y ves todo lo que te rodea de otro modo, de un modo más critico, empiezas a entender que hacer de abanderado de ciertas empresas no te aporta nada, y te limitas a disfrutar de lo que te gusta y si surge la oportunidad, compartirlo con gente con gustos opuestos, hablar, debatir, recomendar, se abre un mundo ante tus ojos, que antes habías obviado por ser alguien inmaduro, alguien cegado.

La nueva generación es una realidad, y hay que estar de celebración por todo lo que esta por venir junto a ella, sin entrar en detalles sobre lo que nos ofrecen ambas opciones, que cada uno se sienta totalmente libre de tomar la decisión que quiera, sin insultos, sin disputas, sin guerra. Aquí siempre habrá lugar a un debate amistoso y bien llevado.

Dicho esto… ¡Bienvenidas sean las consolas de nueva generación!

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